sábado, 7 de febrero de 2009

Complices


Ir al mar en mi Isla era como ir hasta el borde del mundo conocido. Yo iba a gritar debajo del agua. Gritaba casi todos los días, a veces más de una vez, y como no tenía careta apenas veía pero me gustaban los juegos de la luz bajo el agua y sobre todo el silencio del fondo.
A veces cuando salía descubria miradas complices , guiños casi imperceptibles dentro de la muchedumbre y la algarabia, colegas del desespero, habitantes como yo del planeta de la tristeza, alguien sin parar de conversar con el grupo cruzaba su mirada con la mia dejándome saber que me habían oído y que las leyes de la acústica no se cumplen cuando la tristeza es sufuiciente y uno a uno se iban distinguiendo para hacerse perceptibles solo por unos segundos y después confundirse entre la gente, todos diversos sin nada en común, el viejo profesor de Geografia ya retirado, la rubia bellísima con nombre de pez, el escolta impasible en la garita de piedra
A veces los complices no son personas sino animales, sobre todo gatos encerrados y difíciles, a veces no son personas sino personajes tristes como el Holmes grandilocuente fingiendo cinismo ante un Watson absurdo entre una dosis y otra de opio o Papa Goriot estrujando los cubiertos de plata con sus manos de hercules, el capitán Nemo mirando al abismo con las manos a la espalda o los perros tristes de Jack London, a veces los descubro por su música, por lo que pintan al borde de la locura o por lo que escriben sin poder evitar el delirio.

10 comentarios:

Alberto dijo...

Después de haber seguido todos los cómplices que aparecen por aquí (Charly García, guy de Maupassant, Van Gogh o Chaplin)) me pregunto si el verdadero cómplice no eres tú mismo, que nos arrastras y te arrastras a esta fantástica ilusión ... Creo que lo de sumergirse en el mar y salir para entonces ver las miradas complices y los guiños imperceptibles se ha convertido en sumergirnos aquí contigo y enseñarnos esa mirada calidoscópica de la vida, que parecen esas gotas de agua en los ojos al salir del agua.
Un abrazote

ZoePé dijo...

Qué tiempos eso de gritar bajo el agua. Y después de muchos años sigo descubriendo gente que lo hacía como yo, en esos días en que la desesperación ahogaba más que el mar.
Dex, hermoso tu reflexión cómplice.
Besos.

Anónimo dijo...

Alberto tu que eres mi complice por tantos años conoces tambien al Profe de Geografia pero mas a la rubia bellisima y la escolta del Presidente.. abrazos,,, ZoePe ya veo en el plural de tu despedida que me reconociste como complice y eso me gusta.. Besos tambien

Anónimo dijo...

Por cierto Zoe gracias por lo de hermoso, no me lo decian desde hace 100 años.. o te referias a la reflexion? gracias de todas formas.. pero menos :)

Alberto dijo...

Si reconocí al profe de geografia (lo que recuerdo mucho, y mas en este país, también al escolta del presidente...pero y la rubia? quien era la rubia?

ZoePé dijo...

A ver, me perdonas haber escrito tan mal ese comment? Recién me levantaba, para colmo, domingo.
Y aunque te decepcione, debí escribir, "hermosa". Era para la reflexión. Ja!

Nacho dijo...

Siento entrometerme en vuestra intimidad.
Solo una pregunta¿nostalgia?
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Claro que nostalgia Nacho (como dice Silvio en una cancion "a que mas" y me encanta que te entrometas, te considero un complice si me perdonas por eso.. Zoe: Domingo temprano es la septima parte mas importante de la vida :), Albert: la rubia, la rubia? hay un dicho que dice: "se hace el muerto para ver que entierro le hacen"... la rubia? han pasado mucho mas que 20 años pero se que nos acordamos

Fatima dijo...

Es cierto que a veces la complicidad hasta en las piedras, pero debe ser cosa también de querer ver más allá.

¿Cómo se grita debajo del agua???...si lo pruebo sé que me entrará agua por todos lados... mira que sois raros los cubanos :)

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Y Ud los españoles con sus "topicos" :)
Cariños