martes, 16 de diciembre de 2008

Vecinos


A los vecinos los recuerdo sin cariño, casi todos vestidos de miliciano, sudando y hablando cosas que no valía la pena entender, mi padre como flotando, tan alto y con los ojos tan azules, los dedos largos y flexibles, culto y un poco ingenuo, tomando el café y fumando con mucha ceremonia, comentando que la palabra defenestrar es muy grosera y que “el hombre y el negro” de Dickens debía ser cambiado en las nuevas ediciones a vecinos que no sabían de que hablaba, al final lo poco que sé es por terceros porque mamá tampoco habló nunca de él, cuando se separaron absolutamente toda la ropa de papá quedó en el closet por más de diez años, me acuerdo de los trajes y guayaberas del Encanto limpios y colgados en cuyos bolsillos mi padrastro guardaba documentos importantes, un poco de dinero y el oleo de papá niño vestido de príncipe se pudrio en el closet para siempre.

1 comentario:

Alberto dijo...

Me es curioso. Lo del "cementerio de trajes" colgados en la casa parece que fue algo que se repitio en muchos sitios. En casa mi padre no se marcho, pero automaticamnete dejo de usar traje para ir a trabajar. Los pantalones se gastaron con el tiempo, pero las chaquetas permanecia alli...como constancia de una vida que paso..